Taxonomie Europeenne

¿Qué es la Taxonomía Europea?

La taxonomía europea es una herramienta de clasificación que identifica las actividades económicas beneficiosas para el medio ambiente. Fue creado por la Unión Europea para canalizar inversiones hacia actividades respetuosas con el medio ambiente, contribuyendo así a combatir el cambio climático. La taxonomía europea es una herramienta esencial para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y para la transición a una economía baja en carbono.

¿A quién afecta la Taxonomía Europea?

La taxonomía europea abarca un amplio abanico de agentes económicos. Esto incluye a las empresas que realizan actividades económicas en la Unión Europea, los inversores que financian estas actividades y los organismos reguladores que supervisan estas actividades. En el sector inmobiliario, esto se aplica a promotores, inversores, propietarios e inquilinos.

En 2021, la taxonomía europea abarcará más de 90 actividades económicas en la UE. En 2020, representarán entre el 1% y el 2% de las ventas de las empresas cotizadas(Fuente: Comisión Europea, Instituto Adelphi).

¿Cómo funciona la Taxonomía Europea?

La taxonomía europea establece criterios claros para determinar si una actividad económica es «verde». Estos criterios se basan en su contribución a seis objetivos medioambientales:

  • mitigación del cambio climático
  • adaptación al cambio climático
  • uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos
  • la transición a una economía circular
  • prevención y control de la contaminación
  • proteger y restaurar la biodiversidad y los ecosistemas.

¿Qué es una actividad ecológica?

Para que una actividad se considere «verde» según la taxonomía europea, no sólo debe contribuir sustancialmente a uno de los seis objetivos medioambientales, sino que además debe respetar ciertas garantías. Estas garantías, conocidas como «no causar daños significativos» (DNSH), estipulan que una actividad no debe causar daños significativos a ninguno de los demás objetivos medioambientales.

Por ejemplo, una actividad que contribuya a mitigar el cambio climático no se consideraría «verde» si provocara una contaminación significativa del agua o la degradación de la biodiversidad. Del mismo modo, una actividad que contribuya a la transición hacia una economía circular no se consideraría «verde» si provocara un aumento significativo de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Estas normas garantizan que la taxonomía europea promueva un enfoque holístico de la sostenibilidad, en el que se tengan en cuenta todas las dimensiones medioambientales y no se avance en un área a expensas de otras.

¿Cuándo entrará en vigor la Taxonomía Europea?

Actualmente se está aplicando la taxonomía europea. Los primeros criterios técnicos para determinar si una actividad económica es «verde» entraron en vigor en 2021. En los próximos años se introducirán progresivamente otros criterios.

En los próximos años se introducirán otros criterios para cubrir los otros cuatro objetivos medioambientales de la taxonomía: uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos, transición a una economía circular, prevención y control de la contaminación, y protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.

Es importante señalar que la aplicación de la taxonomía europea no se produce de la noche a la mañana. Se trata de un proceso que requiere ajustes y adaptaciones por parte de las empresas y los inversores. Por eso es esencial que las empresas empiecen ya a prepararse para estos cambios, evaluando su impacto ambiental, poniendo en marcha estrategias de sostenibilidad y adaptando sus actividades para cumplir los criterios de la taxonomía.

Taxonomía europea: un paso hacia la neutralidad en carbono

La taxonomía europea es una herramienta clave para lograr la neutralidad en carbono. Al orientar las inversiones hacia actividades respetuosas con el medio ambiente, fomenta la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Se trata de un paso importante hacia la consecución de los objetivos del Acuerdo de París y la lucha contra el cambio climático.

Laeconomía circular y la reutilización son herramientas clave para alcanzar los objetivos establecidos en la Taxonomía Europea. De hecho, uno de los objetivos medioambientales de la taxonomía es la transición a una economía circular. Esto implica reducir, reutilizar y reciclar materiales, minimizar los residuos y maximizar la eficiencia de los recursos. El concepto Cradle to Cradle® es un ejemplo de este planteamiento, según el cual los productos se diseñan y fabrican de modo que puedan reciclarse al final de su vida útil, creando un ciclo cerrado y virtuoso de materiales.

El impacto de la fiscalidad europea en el sector inmobiliario

El sector inmobiliario es uno de los más importantes de la economía y tiene un papel crucial que desempeñar en la transición hacia una economía verde. La taxonomía europea tiene un impacto significativo en este sector, ya que define los criterios para determinar si un edificio o actividad de construcción es «verde». Esto tiene implicaciones directas para los promotores inmobiliarios, los inversores y los propietarios.

Edificios sostenibles y taxonomía europea

La taxonomía europea ha introducido criterios específicos para los edificios. Para ser considerado «ecológico», un edificio debe cumplir requisitos de eficiencia energética, uso de materiales sostenibles y minimización de los residuos de construcción. Esto anima al sector inmobiliario a adoptar prácticas de construcción más sostenibles y a invertir en la mejora de la eficiencia energética de los edificios existentes. Entre los requisitos figuran:

  1. Eficiencia energética: El edificio debe tener un alto rendimiento energético. Esto significa utilizar la energía de forma eficiente, por ejemplo mediante un buen aislamiento térmico, el uso de sistemas eficientes de calefacción y refrigeración, y la producción de energía renovable in situ siempre que sea posible.
  2. Uso de materiales sosten ibles: Los materiales utilizados en la construcción del edificio deben ser sostenibles. Esto significa que deben ser reciclables, tener una baja huella de carbono y producirse de forma sostenible. Esto puede incluir el uso de madera certificada, hormigón reciclado o materiales de origen biológico.
  3. Minimizar los residuos de la construcción: El proceso de construcción debe minimizar la producción de residuos. Esto puede lograrse utilizando técnicas de construcción que reduzcan los residuos, reutilizando los materiales de construcción siempre que sea posible y reciclando los residuos de construcción que se produzcan.
  4. Adaptación al cambio climático: El edificio debe estar diseñado para resistir los efectos del cambio climático. Esto puede incluir medidas para hacer frente a inundaciones, tormentas y olas de calor, como el uso de tejados verdes, la instalación de sistemas de gestión del agua de lluvia y el diseño de edificios para maximizar la ventilación natural.

Estos criterios animan al sector inmobiliario a adoptar prácticas de construcción más sostenibles y a invertir en la mejora de la eficiencia energética de los edificios existentes.

Inversiones ecológicas en el sector inmobiliario

La taxonomía europea también repercute en las inversiones inmobiliarias. Al identificar claramente las actividades inmobiliarias «verdes», ofrece a los inversores una mayor visibilidad de las oportunidades de inversión sostenible. Esto puede fomentar un mayor flujo de capital hacia proyectos inmobiliarios respetuosos con el medio ambiente, promoviendo así la transición hacia una economía verde.

Conclusión

La taxonomía europea es una poderosa herramienta para orientar la inversión hacia una economía más ecológica y sostenible. Desempeña un papel crucial en la lucha contra el cambio climático y en la consecución de los objetivos del Acuerdo de París. Al fomentar la economía circular y la neutralidad de carbono, la taxonomía europea es un paso hacia un futuro más sostenible.

En el sector inmobiliario, la taxonomía europea fomenta la adopción de prácticas de construcción sostenibles, promueve la inversión ecológica y favorece la adaptación al cambio climático. En última instancia, puede ayudar a transformar el sector inmobiliario en un actor clave en la transición hacia una economía verde.

Preguntas más frecuentes (FAQ)

¿Cuáles son los 6 objetivos de la taxonomía?

La taxonomía europea tiene seis objetivos medioambientales:

  1. Mitigar el cambio climático: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la absorción de estos gases.
  2. Adaptación al cambio climático: reducir el riesgo actual y futuro del cambio climático.
  3. Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos: Protección y restauración de los ecosistemas acuáticos y marinos.
  4. La transición a una economía circular: reducir el uso de recursos y fomentar su reutilización.
  5. Prevención y control de la contaminación: prevenir, reducir y controlar la contaminación del aire, el agua y el suelo.
  6. Proteger y restaurar la biodiversidad y los ecosistemas: Proteger y restaurar la biodiversidad y los ecosistemas terrestres y acuáticos.

¿Cuáles son las 6 categorías de la taxonomía de la UE?

La taxonomía de la UE clasifica las actividades económicas en seis categorías, correspondientes a sus seis objetivos medioambientales. Estas categorías son: energía, industria manufacturera, agricultura, gestión de residuos, transporte y edificios.

¿Quién puede acogerse a la taxonomía de la UE?

Son elegibles todas las empresas que desarrollen actividades económicas en la Unión Europea y contribuyan a uno de los seis objetivos medioambientales de la taxonomía. Esto incluye empresas de todos los sectores, como energía, fabricación, agricultura, gestión de residuos, transporte e inmobiliario.

¿Qué obligaciones impone la taxonomía a los inversores?

La taxonomía exige a los inversores que revelen cómo contribuyen sus inversiones a alcanzar los objetivos medioambientales de la UE. También deben demostrar cómo gestionan los riesgos asociados al cambio climático y otros objetivos medioambientales.

¿Para qué sirve la taxonomía?

El objetivo de la taxonomía es canalizar la inversión hacia actividades económicas que contribuyan a la lucha contra el cambio climático y a la consecución de los objetivos medioambientales de la UE. Su objetivo es promover una economía verde y sostenible.

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